Están llegando a sus 25 años de vida sacerdotal, los presbíteros Fernando Floriano, Héctor Gabriel Trujillo y Humberto Orozco, los primeros ordenados por monseñor Libardo Ramírez Gómez, actual presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico. Así fue la celebración de las triple Bodas de Plata. Están llegando a sus 25 años de vida sacerdotal, los presbíteros Fernando Floriano, Héctor Gabriel Trujillo y Humberto Orozco, los primeros ordenados por monseñor Libardo Ramírez Gómez, actual presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico. Así fue la celebración de las triple Bodas de Plata. HUMBERTO SOSA SIMBAQUEVA LA NACION, GARZON Mientras el mundo católico celebra la cuaresma, de cara a la vivencia de la Semana Santa, cargado de expectativas por las trasformaciones de la vida y el trajinar de una serie de acontecimientos que marcan la llegada del sigo XXI, en los municipios del Huila están de fiesta por el buen trabajo de sus sacerdotes. Y fueron justamente Guadalupe, Garzón, Timaná y Pitalito, en donde se han vivido estos acontecimientos que han marcado el nacimiento de sus hijos Fernando Floriano Carrera, Héctor Gabriel Trujillo Luna y Humberto Orozco Palomares. Tres personas distintas, pero con un objetivo y un horizonte que les ha marcado el Todopoderoso con la vocación sacerdotal desde hace 25 años. Semblanzas personales El padre Fernando Floriano Carrera nació igual que sus compañeros de ordenación, en el año 1960. Fue Guadalupe su cuna natal, en el hogar de Bernardo Antonio y María Ilda. Es consentido de la Santísima Virgen María por las fechas claves que han marcado su vida. Luego de recibir su bautismo, primera comunión y confirmación, salió a cursar sus estudios secundarios en el Seminario Menor de Elías y de Garzón. Bajo la protección de la Virgen María de la Concepción, recibió estudios de Filosofía y teología en Ibagué y Garzón, se ordenó el 11 de febrero de 1987 en el templo de Guadalupe. Ha sido sacerdote en San Sebastián de La Plata, durante dos años trabajó en la juventud y liturgia visitando 90 veredas que formaban su parroquia. Fue primer párroco de Villa Losada, en donde proliferaban las sectas, construyó parroquia y proyectó el templo, fundó el colegio y hoy es una amplia comunidad moderna y próspera. Párroco de San Rafael, rector Colegio Cooperativo de La Plata y gerente de la emisora Villa del Páez, párroco dos años en San Roque de Altamira, rector colegio Divino Salvador y adelantado profesor del seminario en área de teología. En Garzón fue formador del seminario Mayor y vicario en Colegio Simón Bolívar y administrador parroquia de Rioloro. En 1995 parte a Europa a estudios especializados que logra culminar, a su regreso estuvo en los cargos que había dejado y en el 2000 es nombrado rector del Seminario en Elías por 4 años, del 2005 a 2007 fue rector del Seminario Conciliar de Garzón y desde el 2008 es el párroco de la Comunidad de San Miguel Arcángel encargada de la catedral, con múltiples servicios en Pastoral Social, Banco Diocesano, Club Rotario y diversas organizaciones. Otro guadalupano El 20 de mayo de 1960 nació en Guadalupe Héctor Gabriel Trujillo Luna, en un hogar enriquecido por valores, orientados por don Lisandro y doña María Dolores, con diez hijos, dos de ellos sacerdotes. Cursó sus primeras letras en escuela pública y colegio María Auxiliadora, culminando los últimos grados en Elías y seminario de Garzón. Ibagué fue su hogar en el Seminario Mayor San Joaquín, donde se formó en teología, allí recibió el diaconado y en Guadalupe fue ordenado el 11 de febrero de 1987. Su primera actividad fue en San Agustín como Vicario. Con sus primeros años de vida sacerdotal nació una vocación por amar y servir en la acción. En enero de 1990 fue nombrado vicerrector del Colegio Vocacional de la Mesa de Elías y en diciembre asumió la rectoría por su gran trabajo y dedicación. Fue amplio su avance en el manejo del PEI y la entrega de nuevos bachilleres en el centro de formación, cerrando una experiencia positiva en diez años de servicio. Fue párroco de San Antonio de Gigante y Capellán de la Normal de este municipio, generando un proyecto amplio de la nueva evangelización con resultados satisfactorios y desde el 2002 está al frente de la parroquia de San Antonio de Padua en Pitalito, en donde le celebraron sus 25 años de apostolado. Promotor de vocaciones El tercero de este grupo de religiosos dedicados y con grandes vocaciones es el padre Humberto Orozco Palomares, nacido en el municipio de Timaná el 24 de marzo de 1960. Mayor de ocho hermanos orientado por don Manuel Enrique y María Luisa, quienes desde muy pequeño le dieron todo el impulso a las grandes obras y realizaciones del pensamiento vocacional. La primaria la adelantó en su pueblo y los grados de secundaria en La Gaitana y el seminario de Garzón, allí mismo cursó la filosofía y en Ibagué la Teología. El diaconado lo recibió el 18 de mayo de 1986, siendo ordenado sacerdote en Guadalupe el 11 de febrero de 1987, al lado de los dos anteriores, de manos de monseñor Libardo Ramírez Gómez, recién nombrado Obispo de Garzón y quien tiene un inmenso recuerdo y guarda admiración por estos tres jóvenes aventajados y cumplidores. Comenzó como vicario en La Balvanera de Pitalito, párroco del Divino Niño de Pitalito, párroco fundador de Nuestra señora de Lourdes en San Agustín dejando obras vitales como el templo, la parroquia y obras para la comunidad. Le tocó enfrentar el desastre de la avalancha del Páez en la comunidad de San Sebastián de La Plata, el temblor averió el templo, inició la construcción de la parroquia Divino Niño en el mismo municipio y modernizó la emisora Villas del Páez. Regreso en 1998 a Balvanera Pitalito. En 1999 viajó a Roma, a estudios canónicos. En 2002 regresó a su comunidad de San Agustín, a Guadalupe en 2005 y en 2007 a Pitalito en el Divino Niño desde donde impulsa el desarrollo del Banco Diocesano de Alimentos con gran resultado y vocación. Apasionado por la vocación y la formación pastoral. Los tres sacerdotes cumplieron 25 años de vida sacerdotal, de servicio comunitario, rodeados siempre de los principios morales, del amor y el sentimiento de la realidad cristiana y el fortalecimiento de la nueva evangelización que todos los días los hace más fuertes ante las diversidades y conscientes que fueron enviados por Dios para cumplir con grandeza su servicio.