La Nación
‘Un baño de sangre’ 1 6 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

‘Un baño de sangre’

En las democracias, los malos ejemplos sirven como referencia para evitar caer en los mismos errores. La reciente historia política de nuestro vecino Venezuela siempre será relevante para los intereses de Colombia. Todo comenzó con la llegada del teniente coronel Hugo Chávez al poder, quien se dio a conocer en 1992, cuando, junto a otros oficiales rebeldes, intentó un golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez.

Desde la cárcel, donde fueron confinados tras el fallido golpe, Chávez y sus compañeros publicaron un documento titulado “¿Y cómo salir del laberinto?”, en el que proponían una transición democrática y una asamblea constituyente. Dos años después, en 1994, Chávez fue amnistiado por el presidente Rafael Caldera. En 1998, ganó las elecciones y asumió la presidencia en febrero de 1999. Desde ese momento, el chavismo se perpetuó en el poder, imponiéndose en sucesivas elecciones de dudosa legitimidad.

A partir de la modificación de la constitución por parte de Chávez, Venezuela ha sufrido una profunda crisis social, económica y política. La corrupción, la delincuencia, la pobreza y el hambre, se apoderaron del hermano país; se acabó la inversión privada y destruyeron el sector público, comenzando con la otrora poderosa estatal petrolera PDVSA.

A Chávez le diagnosticaron cáncer en 2011. Se informó de su fallecimiento en marzo de 2013. Asumió como presidente interino el vicepresidente Nicolás Maduro, quien había ejercido como encargado durante la enfermedad de Chávez. Tras una controversia más política que jurídica, ya que según la constitución chavista debió asumir el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el Tribunal Supremo declaró a Maduro como “presidente encargado”. Posteriormente, fue proclamado tras las elecciones de abril de 2013. El régimen de Maduro ha estado marcado por la corrupción, el narcotráfico y una cruel persecución a la oposición. Millones de venezolanos han abandonado su país debido a la grave crisis, especialmente por la escasez de medicamentos y alimentos.

María Corina Machado, la líder opositora más prominente, fue despojada arbitrariamente de su investidura como diputada. En 2015, la Contraloría, manejada por Maduro, la sancionó e inhabilitó. Sin embargo, cumplió con las exigencias del Consejo Electoral e inscribió su candidatura presidencial en junio de 2023. Tras ganar abrumadoramente las primarias, fue proclamada candidata unitaria de la oposición. Pero, inmediatamente, el régimen le inventó otra inhabilidad. Es decir, la sacó del camino. Ante esta nueva adversidad, la oposición escogió como candidato a Edmundo González, a quien María Corina acompaña por todo el país.

Al observar el abrumador respaldo a la oposición, Maduro, quien se autoproclamó candidato, lanzó la primera amenaza: “Vamos a ganar por las buenas o por las malas”. El régimen emprendió entonces una campaña contra la oposición, inclusive con atentados a María Corina.

Recientemente, ante las monumentales manifestaciones de la oposición, Maduro sentenció: “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida… garanticemos la más grande victoria electoral”. Muy preocupante por lo que pueda pasar el 28 de julio. Y los colombianos debemos estar en alerta máxima, porque Petro tiene a Maduro como uno de sus consejeros.