Un costoso nuevo peaje

Resulta casi que interminable el tránsito hacia el sur del departamento. Los diferentes pare y siga que se generan como consecuencia de las obras de la ruta 45 hacen que los trayectos se incrementen en más de 2 horas de lo que usualmente demoraba un recorrido entre Neiva y Pitalito.

Dichas obras sumadas al tráfico pesado y denso de la vía que comunica en su primera etapa a 3 departamentos, Huila, Caquetá y Putumayo, hacen del trayecto un martirio, sumado al incremento en la siniestralidad que muestran las cifras del último quinquenio.

Luego de varios años perdidos por la salida del concesionario inicial al cual le habían adjudicado la recuperación y ampliación de la vía, quien fue sancionado por temas legales aún sin resolver, como la ruta al Sol y caso de Odebrecht, las obras adelantadas por el actual consorcio parecen no avanzar al ritmo que se requiere. Tal es el caso de sectores críticos como el tramo entre Altamira y Pitalito aún sin iniciar, con el inminente riesgo que conlleva el paso por Pericongo.

Diferentes voces de la región se han levantado sin muchos resultados a la hora de obtener mayores avances de la obra, pero por otra parte, si ha salido a la opinión, la inminente construcción de un nuevo peaje para la ruta 45 tal como se había concebido inicialmente.

La verdad poco para el departamento y el centro sur del país en obras viales ofrece el actual proyecto. Más allá de la recuperación, algunas variantes y una corta doble calzada entre Neiva y Campoalegre, la obra no tiene mayor diferencia con lo actual. Gran engaño nos dejó para la región la concesión de esta importante vía, pudo haber sido una verdadera doble calzada que uniera el centro del país con el vecino Ecuador, y con una rica y promisoria región del Huila, Caquetá y Putumayo.

Es un costo alto el que tendremos que pagar todos, pues un nuevo peaje entre el Hobo y Gigante afectaría el bolsillo de los que transiten como consecuencia del incremento en los costos del transporte. Mucho por tan poco.

Surge entonces la respuesta del Alto Gobierno en donde simplemente de no desarrollarse este peaje, se recortaría el alcance de la obra, afectando aún más el tan anhelado proyecto.

Ojalá y se “conmueva”, si es la única palabra que pudiéramos utilizar para llamarle a la necesidad de ver la voluntad del Gobierno para apoyar a la región, y de esta manera se niegue la construcción del nuevo peaje, sin afectar el menguado alcance de la obra; obviamente esa decisión está hoy en día en la ANI y el presidente Petro.

Termino por decir que nos echaron un cuento de una gran obra para el Huila, todos nos imaginamos una 4G como las del Valle y Eje Cafetero.  Hoy tenemos una vía demorada en su ejecución, con un poco alcance en la movilidad y con la amenaza inminente de instalar un peaje más, tributo costoso para tan poco ofrecido.

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