En una vía pública del municipio de Campoalegre, en el norte del Huila, es posible encontrar la placa que aparece en la foto. No está en una acera, ni a un lado de la calzada En una vía pública del municipio de Campoalegre, en el norte del Huila, es posible encontrar la placa que aparece en la foto. No está en una acera, ni a un lado de la calzada; está, sorprendentemente, en plena vía pública.
Es un homenaje póstumo a quien, como reza nuestro título, abolió la esclavitud en el territorio de la actual Colombia: José Hilario López. Presidente del país entre 1849 y 1853, el general López impulsó una serie de importantes reformas. Nos las cuenta así el investigador y académico Alonso Valencia Llano: “Durante su gobierno se inició la Comisión Corográfica -iniciativa del general Mosquera-, se decretó la libertad del cultivo del tabaco, se suprimió la pena de muerte y la prisión por deudas; se consagró la libertad de prensa y el juicio por jurados, y se avanzó en la descentralización administrativa que dotó a las provincias de ingresos como el impuesto directo a la renta. Pero la reforma más importante consistió en decretar la libertad definitiva de los esclavos, que no se había logrado a pesar de la ley de ‘libertad de vientres’ promulgada en 1821”. El mismo autor señala: “… a pesar de su impresionante carrera militar, López fue siempre un liberal civilista, lo que le llevó a apoyar siempre a los gobiernos legalmente constituidos, fueran estos liberales o conservadores”. José Hilario López murió en Neiva el 27 de noviembre de 1869. Sin embargo, como fuera excomulgado, el cura no permitió que López fuera enterrado en Neiva. Su sepultura se llevó a cabo en Campoalegre, en el sitio donde hoy se levanta el actual cenotafio, el monumento funerario en el cual no está el cadáver del personaje a quien se dedica, como ocurre aquí. De hecho, los restos del general López fueron llevados a su Popayán natal. Un homenaje, sin duda alguna completamente singular, al general José Hilario López.