A pesar de no tener uno de sus brazos, Julio César Suárez Morales se desempeña como vendedor de frutas en una de las principales vías de Neiva. LA NACIÓN llegó hasta su punto de trabajo y conoció la historia de un luchador incansable. A pesar de no tener uno de sus brazos, Julio César Suárez Morales se desempeña como vendedor de frutas en una de las principales vías de Neiva. LA NACIÓN llegó hasta su punto de trabajo y conoció la historia de un luchador incansable. VIVIANA VARGAS LA NACIÓN, NEIVA Radicado en el Huila desde hace más de 30 años, Julio César Suárez Morales nació en el vecino departamento del Caquetá, por situaciones de la vida llegó a Neiva para quedarse. En el año de 1986, justo cuando cumplía aproximadamente 16 años de edad tuvo un grave accidente de tránsito, el cual hizo que estuviera cerca de ocho días en atención médica. Julio César nunca se imaginó que quedaría marcado de por vida luego de ese suceso. Cuando los médicos y familiares le contaron que quedaría sin uno de sus brazos, de una manera sorpresiva sintió que era el tiempo de luchar; y fue así como en menos de lo que se imaginaban sus seres queridos, se levantó de la cama a trabajar. “Antes del accidente me dedicaba como obrero de construcción, tomé la noticia con calma y seguí adelante”, dijo. Por un buen tiempo Julio César Suárez Morales se convirtió en mensajero para la firma Servicios Asociados, destacándose por su buen desempeño laboral. Al finalizar el contrato, este guerrero decidió que era el momento de trabajar de una manera independiente. Y fue así como desde hace 10 años se ubica en la Carrera 16 con Calle 6C del barrio Calixto, vendiendo la variedad de frutas a vecinos y transeúntes. En familia De domingo a domingo trabaja vendiendo frutas, aprovecha una tarde del fin de semana para estar descansando en su casa. Julio César es padre de dos hijos de 20 y 18 años. Su pareja Ana María Garzón lo apoya incondicionalmente. “El domingo en la tarde veo televisión, me gusta escuchar música romántica; mi familia me apoya incondicionalmente, me recalcan en que hay que luchar y salir adelante”, aseguró. Vendedor de frutas Normalmente se despierta a las 3:30 a.m. cuando tiene que desplazarse hasta Surabastos para comprar la base de las frutas para el negocio. Esta actividad la realiza con uno de sus compañeros cada dos días; pero cuando no tiene que comprar frutas, se levanta a las 6:00 a.m. para estar disponible antes de las 8:00 a.m. en su punto de venta. Una vez llega, lo primero que realiza es el aseo que consiste en barrer y alistar las frutas. “Empezamos a trabajar desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche. No tengo ninguna dificultad en llegar a hacer el aseo, organizar frutas y empacarlas. Para mí no hay nada difícil, yo creo que es la práctica”, expresó. Julio César está feliz con su trabajo, asegura que recibe lo indicado para el sustento diario. A sus 41 años de edad nunca se le ha ocurrido la posibilidad de tener prótesis, por el contrario, quiere seguir trabajando sin ningún inconveniente hasta cuando Dios se lo permita. Sin limitaciones Julio César es un ejemplo de superación, sus compañeros de labores destacan el entusiasmo y alegría con el cual todos los días trabaja. Sus clientes lo apoyan y se dejan consentir con sus recomendaciones a la hora de comprar frutas. “Trabajamos cuatro personas, nos apoyamos mutuamente. Para las personas que tienen alguna discapacidad yo les digo que hay que intentarlo, luchar para salir adelante; después de mi accidente duré un mes no más de incapacidad y seguí con mi vida”, agregó. Hombres y mujeres en carro, moto, a pie o en bicicleta hacen el debido estacionamiento para conocer y comprar sus frutas. Por su parte, sus compañeros de trabajo destacan su incondicionalidad para con todas las personas que lo rodean. “Es un buen compañero, estamos pendientes de él; la verdad se desenvuelve solo; cuando vemos que hay algo que realmente se le dificulta le ayudamos inmediatamente”, dijo uno de sus compañeros. Finalmente, una de sus clientes lo felicitó y admiró el empuje que tiene para seguir en el camino de la vida. “Es una persona de admirar, hay muchas personas que tienen todo y no luchan por lo que quieren, es importante que todas las personas conozcan esta bonita historia”, indició una de sus clientes.