Ocho meses después de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, colocara la primera piedra para la planta procesadora de arroz en Palermo, Huila, el proyecto no ha presentado ningún avance. En la actualidad, no ha existido ni siquiera cierre financiero y faltan cerca de $6 mil millones.
La planta procesadora de arroz servirá para pre-limpieza, secado, almacenamiento, trilla y empaquetado del cereal. Sin embargo, se marchitan las esperanzas de los más de 300 agricultores beneficiados y se permite que el oligopolio de la molinería, con sus estrategias, siga manejando la dinámica de compra a su antojo, ‘burlándose’ de los campesinos.
Este proyecto, que inicialmente fue recibido con gran entusiasmo y esperanza por parte de la comunidad arrocera, ahora se encuentra en un estado de incertidumbre y desilusión. Los agricultores, que habían depositado sus esperanzas en esta planta para mejorar sus condiciones de trabajo y obtener un precio justo por su producto, ahora se sienten abandonados.
La falta de avances en el proyecto no solo afecta a los agricultores, sino que también tiene un impacto negativo en la economía local. La planta procesadora de arroz tenía el potencial de generar empleo y dinamizar la economía de la región, pero la falta de financiamiento y la inacción han dejado a la comunidad en una situación precaria.
Es necesario que las autoridades tomen medidas inmediatas para resolver los problemas financieros y logísticos que han frenado el avance de este proyecto. Los agricultores del Huila merecen una solución y un compromiso real por parte del gobierno para garantizar que sus esfuerzos y sacrificios no sean en vano.