Una decisión equivocada le cambió la vida

A sus 44 años de edad, Oscar Silva recuerda que hace 20 años una mala decisión lo dejó en condición de discapacidad. Le tocó comenzar por recordar, aprender a hablar, a escribir y hace poco comenzar a caminar. Le gustaría dictar charlas sobre su experiencia para que especialmente los jóvenes huilenses hagan conciencia sobre no mezclar alcohol con velocidad. Esta es su historia.

Hernán Galindo

temadeldia@lanacion.com.co

 

Los recuerdos de Oscar Silva, un ex guardián del INPEC, se mezclan entre los inicios de su vida que no fue fácil. Nació hace 44 años en la ciudad de Cali y a los tres años, su madre se vino para el Huila, porque el padre de sus hijos, dentro de los cuales, Oscar es el segundo, la abandonó y debió asumir la responsabilidad de criar a esos hijos como madre cabeza de familia.

“Llegué al Huila muy pequeño en compañía de mi madre, Stella Serrano Losada, que ha sido el motor de mi vida y mis hermanos. Nos vinimos porque mi papá nos abandonó por irse con otra mujer y establecer otro hogar”, narró con la mirada hacia el horizonte, como queriendo encontrar una explicación.

Los hermanos, que cada quien ya tomó su rumbo, se llaman Eduardo Silva, que es el mayor, Óscar es como indicó el del medio, y el menor responde al nombre de René Mauricio.

“Tengo una hija de mi primer matrimonio, Maryi Catherine Silva, que ya me ha dado un nieto, Miguel Ángel Garzón Silva. Son parte del motor de mi vida, mi hija está terminando su carrera como enfermera jefe, ya es técnica”. Al hablar de su hija y de su nieto, se le iluminan los ojos y su cara luce radiante y sonriente.

Aunque ella, tiene su hogar, cuando puede le ayuda porque la quiere ver surgir como mujer, madre y profesional que es.

“Mi esposa actual se llama Marleny Chacón , y con ella que enviudó, dos años antes de conocernos, es que comparto hoy día, es alguien fundamental en mi vida”, relató Óscar Silva.

Agregó que quiere verla surgir con su emprendimiento, un asadero de pollos con el que se ayudan en la economía familiar. Oscar afortunadamente está pensionado, se pensionó tras trabajar 22 años en el INPEC. Dice tener resuelta su situación económica. También espera ver crecer profesionalmente a su hija y que los hijos de su actual compañera salgan adelante. Por otro lado está su nieto, porque se siente orgulloso de ser abuelo.

Óscar Silva luciendo el uniforme del INPEC, institución en la que laboró 22 años.

El día que le cambió la vida

Óscar, tras terminar su bachillerato en el INEM, Julián Mota Salas de Neiva, comenzó a abrirse camino en su vida laboral, se hizo técnico contable del Sena e incursionó como camarógrafo en la naciente televisión local en los años 90.

Pero, su meta era conseguir un trabajo estable en una entidad que le diera la seguridad de hacer una carrera dentro de ella o con los recursos que le generaran sus labores como funcionario.

Por eso, decide aplicar a un concurso del INPEC, en donde después de una serie de pruebas y de exámenes logra pasar entre más de 13.000 jóvenes que se presentaron a nivel nacional. Fue uno de los 300 seleccionados para asumir el cargo de guardián en todo el país, 200 hombres y 100 mujeres.

“Logré pasar el concurso y gracias a Dios, conseguí ingresar a la institución como guardián y para mi fortuna me designaron como funcionario en la cárcel de Rivera que atiende el distrito judicial de Neiva”, recordó Óscar.

Todo parecía marchar bien, para Óscar, pero en diciembre de 2000, hace 24 años, un momento de ira y una mala decisión le cambiaron la vida. Tras discutir con su esposa, decide irse a beber y luego de varias horas en el regreso para su residencia, choca violentamente contra un poste y pierde el sentido.

Silva tenía una moto C-70 para movilizarse en la ciudad y a su lugar de trabajo, ofuscado salió con destino a un bar y luego de varias horas decidió regresar a casa, pero la mezcla de licor y alcohol lo convirtieron en protagonista de un accidente que estuvo a punto de ser fatal, pudo costarle la vida.

“Por eso es que digo que lo mejor que pueden hacer las parejas en los momentos de crisis es dialogar y llegar a acuerdos. Desafortunadamente, tomé una decisión errada y esto le dio un vuelco total a mi vida”, reflexionó.

Pensó por unos segundos y sostuvo: “Solo recuerdo que me desperté luego de un mes en coma inducido en el Hospital Universitario de Neiva, fue el 30 de enero del 2001 y lo primero que noté es que no podía hablar, menos moverme o caminar”.

“Lo único que le digo es que en ese mes conocí a Dios, que me dio otra oportunidad, supe que todavía no era mi hora y que debía regresar para seguir haciendo mis procesos en este mundo”, agregó este hombre agradecido por esa segunda oportunidad de vida.

Del accidente no recuerda nada, solo por comentarios de su familia, supo que fue por los lados del terminal en donde su mamá tenía un puesto de hamburguesas. “Choqué contra un poste y el golpe principal lo recibí en la cabeza”, agregó.

Viendo el lado positivo de la situación, a manera de anécdota recordó que una compañera se burlaba de él diciéndole: “Óscar, si con el golpe contra el poste le dieron casa, péguele a otro para que le construyan el segundo piso”, y soltó a reír.

Pero lo más positivo y especial tras despertar después del accidente fue conocer a su nieto, aseguró.

Años de terapia 

Los tratamientos y terapias para Óscar Silva han sido permanentes durante todos estos años. Como dijo, le tocó aprender a hablar, al principio lo alimentaban a través de una sonda, le tocó aprender a controlar los esfínteres y luego estar durante varios años en silla de ruedas para finalmente ahora poder caminar ayudado de una prótesis.

Aunque habla con dificultad, logra comunicarse y seguir en su proceso de capacitación y de crecimiento personal. Para nada es negativo, siempre piensa en seguir adelante y compartir con su familia.

“Lo de las terapias, después que aprendí las rutinas, no volví, uno mismo las puede hacer y se puede ahorrar lo de los transportes y otros costos adicionales. Yo mismo mantengo mis rutinas y hago el trabajo físico y mental para fortalecer mi recuperación”, dijo con seguridad.

Lo mejor de compartir con Óscar es que no ve el lado negativo de las cosas y menos de la vida, siempre tiene una actitud mental positiva, no se queja de su situación, por el contrario, quiere seguir adelante y no solo él sino con todo su entorno familiar.

: Su hija Catherine y su nieto Miguel Ángel, son uno de los motores de vida.

Mensaje de vida

Óscar Silva quiere compartir su experiencia como ejemplo de vida, para que las nuevas generaciones hagan conciencia y no tomen decisiones a la ligera de las que después se arrepientan. “Le cambia la vida no solo a uno sino a su núcleo familiar, una madre que sufre, una esposa, unos hijos y otros seres queridos que en el peor de los casos pueden quedar desamparados”, expresó.

Es por eso que envía un mensaje a personas o entidades que lo quieran apoyar u ocupar para dictar charlas sobre su experiencia de vida, desde lo vivido en el accidente hasta la recuperación y la aceptación de lo que es y la reintegración a la sociedad.

Y es que este ex guardián del INPEC, tiene que enfrentar todos los días lo que afrontan las personas en condición de discapacidad que, como él en Colombia, pese a la legislación y los avances que se han logrado en materia a través de la inclusión, siguen teniendo que vivir.

“Es lo que me gustaría hacer, dictar conferencias, compartir las experiencias, pero no tengo los medios, por eso hago el llamado a quienes puedan apoyarme, no con dinero, sino con la infraestructura o los espacios propicios y la parafernalia que permitan adelantar estos procesos de capacitación para mí y para otros”, sostuvo.

Por ahora, trata de seguir adelante con su familia en un sector del barrio José Eustasio Rivera de la ciudad de Neiva en donde con su actual compañera atienden un pequeño asadero de pollos.

Es la historia de Óscar Silva Serrano, un hombre de 44 años de edad, que quiere abrirle los ojos a otros para que no tengan que pasar por lo que tuvo que pasar y asumir las consecuencias de decisiones apresuradas y erradas.

Óscar tiene dentro de sus momentos especiales, el nacimiento de su hija, el día que conoció a su actual esposa y como ya había destacado, conocer a su nieto.

Para quienes lo quieran contactar, lo pueden hacer a su correo, Oscarruso03@hotmail.com, o en Facebook  como Óscar Eduardo Silva Serrano.

 

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