“Una nueva reforma tributaria es algo muy peligroso”

El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, advierte sobre los riesgos de la nueva reforma tributaria anunciada por el Gobierno de Gustavo Petro. Dice que es abrir una caja de Pandora y que lo que genera es más incertidumbre en el país. El experto visitó las instalaciones de LA NACIÓN.

Jesús Antonio Rojas Serrano

editorgeneral@lanacion.com.co

El exministro de Hacienda y exministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, estuvo de visita esta semana en Neiva. Invitado por el Partido Conservador, habló sobre las perspectivas económicas del país. Igualmente, tuvo una tarde de diálogo con empresarios de la región. Y también visitó las instalaciones del Diario LA NACIÓN.

¿Qué está pasando hoy con la economía colombiana?

Después de haber tenido un escenario positivo, en el sentido de que hasta diciembre de 2023 Colombia venía haciendo un esfuerzo muy importante en reducir déficit fiscal y deuda pública, vino un escenario de una profundidad significativa en la desaceleración de la economía colombiana. Y empezamos a ver sectores golpeados. Empezamos a ver a la industria cayendo al 6%, el comercio cayendo también, la inversión privada cayendo, la vivienda cayendo, el turismo interno cayendo, el sector de servicios cayendo; todo como resultado de un almendrón del problema y es la inversión privada que lleva cinco trimestres disminuyendo a doble dígito. Lo que significa que al sector privado no se le está generando un ambiente proclive al desarrollo de la inversión. En medio de ese escenario, vino una desaceleración en la que hemos tenido, por lo menos, cuatro trimestres creciendo cerca del 0% y aún por debajo del 0% en algunos de ellos. Nos salvamos por un pelo de haber terminado en un escenario de recesión económica.

¿Todo esto qué quiere decir?

Jesús Antonio, el problema de todo eso es que lo que estamos ya heredando para este año y el siguiente es que con esa desaceleración el recaudo se cayó. Al caerse el recaudo tributario y al habernos montado en un presupuesto en el 2024 excesivamente alto en gasto de inversión pública, que estaba soportado sobre la base de un crecimiento mayor, pero también estaba soportado sobre ingresos tributarios que no existieron porque fueron mal planificados como el tema de litigios, terminamos en un escenario apretado en el que la caja se cae en un 85% y en donde, al final de ese ejercicio, el panorama es de bajo crecimiento y fiscalmente muy difícil de administrar.

¿Y qué va a pasar?

El punto de lo que viene de aquí en adelante es que, seguramente, la economía va a empezar a reaccionar en términos de un crecimiento, pero mediocre. Lo que va a venir de aquí en adelante es un crecimiento cercano al 2%; algo muy bajito. Y ya estamos viendo que eso ha tenido impacto, por ejemplo, en el empleo, el cual no se ha recuperado. A esto hay que agregarle que la inflación, que había logrado una desaceleración importante hasta diciembre de 2023, lleva tres meses estancada. También habrá un impacto social, en las cifras de pobreza. El punto de fondo es cómo vamos a levantar cabeza, sobre todo, en materia de crecimiento económico. La verdad es que no hay fuentes de recaudo tributario suficientes, a menos que, como lo ha propuesto el Gobierno, se embarque en una reforma tributaria, algo que sería muy peligroso, aún más para la incertidumbre en la economía del país.

Todo este panorama, ¿qué le representa al bolsillo de los huilenses y los colombianos?

Jesús Antonio, el bolsillo de la gente se ve afectado porque los precios siguen altos, porque llevamos tres meses en los que la inflación anualizada no cede, es decir, seguimos teniendo una inflación superior al 7%, una de las más altas hoy en América Latina; eso le pega al bolsillo de la ciudadanía porque eso representa productos más costosos, eso significa tarifas de energías más costosas, eso significa combustibles más costosos, eso significa también alimentos más costosos. Cuando se aprobó en la última reforma tributaria los denominados impuestos saludables, se dijo en todas las formas que esos impuestos eran muy poco saludables para la economía porque le generaban inflación, algo que le afecta al ciudadano de a pie. Y lo otro en donde se va a afectar el ciudadano de a pie es que con tasas de desempleo altas derivadas de un bajo nivel de crecimiento, claramente, habrá muchos afectados en el sector productivo. Y con el escenario de desaceleración en el crecimiento de la economía, va a haber muchas empresas de sectores claves que tendrán que recortar trabajadores o generar una menor dinámica de demanda en el mercado. Estos son los elementos más importantes, sin perjuicio de otra realidad que desborda lo económico y que es un escenario de inseguridad en las regiones.

El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, en la entrevista con el editor General de LA NACIÓN, Jesús Antonio Rojas Serrano.

¿Por qué dice que es peligroso que el Gobierno de Gustavo Petro se embarque en una nueva reforma tributaria?

Cuando un Gobierno se embarca en una reforma tributaria, tiene que hacerse tres preguntas. La primera, qué es lo que quiere. Y el Gobierno ha dicho que quiere reducir la tasa de impuesto de renta de personas jurídicas. Es buena idea; el país tiene que avanzar en esa dirección en algún momento. La siguiente pregunta, es cómo. Cómo va a lograr el Gobierno reducir cinco puntos porcentuales del impuesto de renta que le va a costar, por lo menos, $15 billones. En un escenario en el que hemos hecho ya recortes por $20 billones y faltan todavía $25 billones adicionales para equilibrar las finanzas públicas, la pregunta es de dónde el Gobierno va a sacar esos $40 billones. Ahí hay una pregunta que nadie ha contestado; en el cómo no veo viabilidad. Cuando uno presenta al Congreso una reforma tributaria en donde eventualmente tiene alguna claridad del qué, pero no del cómo, el riesgo es que la ingeniería tributaria o fiscal dé lugar a que empiecen a aparecer propuestas de distinto tipo. Se ha dicho que una de las propuestas es modificar el impuesto al carbono. Ya sufrimos ideas absurdas como, por ejemplo, el impuesto al patrimonio de carácter permanente, los impuestos saludables, o la no deducibilidad de las regalías, una medida absurda que terminó cayéndose en la Corte Constitucional.

¿Y cuál es la tercera pregunta que debería hacerse el Gobierno Petro a la hora de plantear una reforma tributaria?

Y la tercera pregunta es el para qué. Si el Gobierno está viviendo necesidades fiscales, mi preocupación es que se aproveche este espacio para generar ingresos adicionales por otras vías. Por ejemplo, modificar la regla fiscal, u otros impuestos que terminen afectando la dinámica de la economía. Jesús Antonio, abrir esa caja de Pandora de la reforma tributaria, es abrir una caja muy delicada para la economía, generando más incertidumbre, en un momento en el que hay es que generar confianza.

Como exministro de Hacienda y exministro de Comercio, ¿por qué cree que el Gobierno Petro no gusta mucho del sector privado?

El Gobierno tiene una tendencia ideológica y esa tendencia está dirigida hacia la estatización. Lo estamos viviendo en el sector de la salud; más del 50% de la población colombiana está hoy bajo una entidad del Estado o que está intervenida o se encuentra en proceso de liquidación. Lo vimos en la reforma pensional, la cual termina acabando con las AFP por la vía de una estatización del sistema pensional porque, a la luz de esa reforma, el 90% de los afiliados entraría a hacer parte de Colpensiones y no de las AFP tradicionales. Lo estamos viviendo en el sector de servicios. Hay distintos mensajes con propuestas que van encaminados a esa idea de la estatización, algo de lo que en su momento Moisés Naím ha denominado la necrofilia política, un gusto por las ideas atrasadas y fracasadas del pasado. En el pasado ya vivimos la estatización de la salud; vivimos el Seguro Social y el pésimo servicio, así como el costo y politización de esa entidad. Yo no afirmaría que el Gobierno sea enemigo del sector privado, pero el Gobierno sí es amigo de estatizar y cree que la estatización soluciona los problemas del país.

¿Quién debe ser el próximo mandatario de los colombianos?

Hoy no está claro una continuidad del Gobierno que tenemos actualmente, ideológicamente hablando, eso si no se nos atraviesa una Asamblea Nacional Constituyente en el camino que señale otra ruta, que me parecería inconveniente. Superado eso, va a depender de los resultados que vengan de aquí en adelante, pero también dependerá de quienes no representan la ideología del Gobierno actual, de si logran construir una narrativa que conquiste a la ciudadanía, no por ser la contra de la ideología del Gobierno actual, sino por tener una propuesta concreta, una propuesta con una dosis de esperanza, una propuesta que se construya también con el deseo genuino de unidad, no de división, que construya con una lógica del amor y no con una lógica del odio y el resentimiento o de la desesperanza o del catastrofismo.

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