Es digno de preocupación el lastimoso estado de la escritura en nuestra Universidad. Muy pocos profesores escriben e igual puede afirmarse de la mayoría de sus alumnos. Esto se refleja en la escasa producción intelectual de los docentes, con honrosas excepciones. Son de resaltar, sin embargo, los esfuerzos que para llenar este vacío hace la Vicerrectoría Académica de la Casa de Estudios a cargo de la profesora Isabel Cristina Gutiérrez de Dussán, con el apoyo del profesor Carlos Bolívar Bonilla y del asistente de esa dependencia, profesor Faiber Sánchez. Es así como se ejecuta el proyecto Escuela de Formación Pedagógica a fin de actualizar al profesorado en temáticas específicas, a través de disertaciones de reconocidos intelectuales del país. Se persigue estimular su producción intelectual y mejorar su desempeño en la docencia, la investigación y la proyección social, decisivos para el cumplimiento de la Misión y Visión institucionales.
El desarrollo de la Escuela incluye también la realización de talleres de escritura para los profesores. Muy pocos asisten, otros lo hacen de forma irregular y varios no han ido. A los dos últimos se les invitó de manera comedida a participar, pero se oyeron algunas voces enfadadas a pesar de que la Universidad les autorizó horas para asistir.
No es la primera vez que la Universidad abre cursos de formación para la escritura a sus profesores, pues en el semestre A de 2014 lo hizo el Programa de Psicología y en el A de 2015 la Facultad de Economía, con buena participación en los dos casos. Existen, además, la revista institucional y otras de las facultades y asociaciones de egresados para publicar sus textos.
Es meritorio también el proyecto Usco Saludable desde el cual se efectúa el Concurso Estudiantil de Ensayo La diosa de la vida. En sus bases estableció la elaboración de los textos a partir de la escultura del mismo nombre, autoría del Maestro Emiro Garzón, emplazada en la sede de la Facultad de Salud, unidad académica creadora del proyecto. El Concurso fue coordinado con dedicación y esmero por Daisy Molina, docente del Programa de Medicina. La premiación tuvo lugar la semana anterior como parte de las celebraciones realizadas el Día del Médico. Los tres ensayos escogidos, sin dejar de reconocer el esfuerzo de sus autores, distan de ser de alta calidad. Pero el jurado (el Maestro Emiro, el profesor Orlando Mosquera Villarreal y el autor de esta columna) decidió bajo el principio de asimilar y estimular para que los ganadores continúen escribiéndolos cada vez mejor -pues su redacción no está al punto de cuidados intensivos-, y con el propósito de animar a los estudiantes de la Facultad a que participen en otras ediciones del certamen (se recibieron sólo nueve trabajos).
Ahora un cordial llamamiento al Programa de Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades-Lengua Castellana, encargado de impartir la asignatura Comunicación Lingüística a toda la Universidad: hacerla más práctica, es decir, poner el acento en el desarrollo de las habilidades comunicativas (hablar, leer, escuchar y escribir), pues en este asunto el desempeño de la gran mayoría de los estudiantes no es satisfactorio. Este quehacer no es responsabilidad sólo de los profesores de tal asignatura. Por el contrario, se trata de labor de todos los maestros de la Institución, que deben exigir y estimular el buen uso del lenguaje oral y escrito en las aulas.
Las inquietudes manifiestas en este artículo están motivadas por el afán de contribuir a mejorar la calidad de la educación y en esto el lenguaje, ámbito de la comunicación, juega papel único y vital: no existe pensamiento sin lenguaje y a mayor desarrollo del lenguaje mayor desarrollo de la inteligencia, y del juicio ético y moral; el lenguaje da forma y contenido a la imaginación; los valores humanos se realizan a través de la interacción comunicativa con los otros; y es también por medio del lenguaje – constituyente y expresión de la conciencia y la memoria – que los pueblos y los individuos pueden interpretar, entender y comprender su pasado, examinar su presente y decidir su futuro para crear un nuevo país con paz, pluralismo, espontaneidad y justicia social.