Es la que los medios de prensa y los comunicadores deben tener, pues la historia, también les puede cobrar a ellos por las imprudencias que cometen al meterse a dañar la paz que todos los colombianos queremos. Es la que los medios de prensa y los comunicadores deben tener, pues la historia, también les puede cobrar a ellos por las imprudencias que cometen al meterse a dañar la paz que todos los colombianos queremos. Son todos los periodistas y muchos abogados que por exceso de leguleyadas quieren interponerse en el camino haciendo eco a un “viudo del poder”, que solo dejó sembrada corrupción, vagabunderías y muchos muertos que no se podrán probar nunca porque eran “victimas legalizadas” a través del estado con sus agentes según se ha podido desprender de comunicaciones que han salido a la luz pública a raíz del caso Santoyo. En fin, la guerra es muy rentable para muchas personas que viven de proveer a los actores en el conflicto: comida, ropa, botas, armas, medicamentos, municiones, explosivos, equipos de comunicación, redes de informantes, soplones, infiltrados y finalmente los bancos y el sector financiero se quedan con todo ese ponqué de presupuesto de los unos y los otros. Uribe siendo el gran enemigo de la paz, gana políticamente, aunque cada día se está quedando más sólo, con su corte de lagartos y amigos tráfugas que se beneficiaron ilegalmente de su gobierno, al igual que el Exministro Londoño quien estuvo, o no se si está aún, investigado por quedarse con unas acciones grandísimas de Ecopetrol obtenidas ilegalmente. El, por ser una victima de un atentado “no es que sea un santo”, tiene un rabo de paja grandote; y una bocota que no controla, diciendo sandeces a favor de la guerra y el gobierno siniestro de Uribe. Yo no voté por Santos, lo hice por Mockus, sin embargo, le reconozco sus actitudes y sus logros en su gobierno con excepción del fiasco de la reforma a la justicia y su locomotora del sector minero que es totalmente antiecológica. Pero en lo que respecta al resto de su gobierno, sus logros y sus anhelos de hacer un Estado de Paz, lo admiro. Por lo cual opino que todos los “opinadores” de profesión y los comunicadores no deben tener injerencia en esas negociaciones y que las conversaciones deben manejarse en estricto secreto. Un profesor de medicina mío, decía: “muchos cocineros dañan la masa”. Y yo creo que aquí han aparecido muchos enmascarados de pacifistas y de guerreristas para dañar toda la paz soñada por los colombianos y dañada por conservadores y liberales quienes fueron los causales y desencadenantes de toda la violencia en el país. Es importante que tengamos en cuenta la historia de los comienzos sangrientos de violencia en Colombia que no fue desencadenada propiamente por los narcotraficantes y terroristas, sino por los políticos. Aruz1950@yahoo.com