El presidente socialista Rafael Correa, quien puso fin a una década de inestabilidad política en Ecuador, podría ampliar su mandato a diez años El presidente socialista Rafael Correa, quien puso fin a una década de inestabilidad política en Ecuador, podría ampliar su mandato a diez años, sin sobresaltos y con una mayoritaria ventaja frente a los demás competidores. Desde ya, su segunda reelección en primera vuelta en los comicios de este domingo es, según los analistas, una crónica de una victoria anunciada. Aunque sus opositores consideran que extremó el control del Estado sobre los sectores estratégicos, en detrimento de la inversión, las críticas no han logrado erosionar su inmensa popularidad que le garantizará un sobrado triunfo como lo demuestran todos los sondeos. La fragmentada oposición tampoco ha logrado opacar su popularidad y menos debilitar los logros de su “revolución ciudadana”, que le garantiza un récord de permanencia en el poder y liderazgo internacional, en un país ingobernable. “Su victoria parece más que asegurada, la única incertidumbre reside en la amplitud de su ventaja”, aseguró el politólogo Marco Romero. Carismático, autoritario, laborioso o prepotente, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, despierta amores y odios. Pero su gestión soportada en grandes avances sociales lo confirmará en el poder. El buen desempeño de la economía, el crecimiento del Producto Interno Bruto, el aumento de la inversión estatal, la reducción de la pobreza urbana y rural, la caída de las tasas de desempleo, el fortalecimiento de la inclusión social y su apoyo a la educación y la cultura, respaldan su popularidad. Aunque ha sido impulsor del “socialismo del siglo XXI” promovido por su incondicional aliado Hugo Chávez, el presidente ecuatoriano se muestra menos radical. Sin Chávez en la escena política, por los estragos del cáncer que padece, Correa aspira a asumir un liderazgo o por lo menos fortalecer las relaciones en América Latina. Y para Colombia, su histórico socio, también generará estabilidad. El comercio bilateral entre los dos países es uno de los más sólidos de la región y ha crecido continuamente desde que Correa llegó al poder. El presidente ecuatoriano ha mantenido tratados como el de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que le da a los productos de Colombia grandes ventajas para competir en ese mercado frente a los de otras regiones. Pero también en el campo de la paz, en este nuevo esfuerzo que intenta Colombia, Correa podrá hacer grandes aportes y ser otro aliado clave para poner fin a un prolongado conflicto armado que afecta a las dos regiones.