Germán Palomo García
En la década de los sesenta del siglo pasado, como un homenaje al rampante centralismo que caracterizó al país y del que aún no se repone y, por el contrario, parece atizarse especialmente en este gobierno de ocho años, nacieron las agencias fiscales de los distintos departamentos en Bogotá, emblema del centralismo. Para los departamentos, significaba poner “una pica en Flandes”, es decir, estar más cerca de la plaza de Bolívar, sitio más centralizado del país por la presencia del ejecutivo y el parlamento en tan estrecho espacio. Pero poco o nada significaron para muchos departamentos pues su importancia en el gran gobierno, verdadero poder en una visión centralizada del desarrollo del país, era muy baja cuando no inexistente. Incluso, en el caso del Huila, un gobernador utilizó la casa fiscal como hotel de paso. Hoy las agencias fiscales carecen de la fuerza con que nacieron entonces y depende del funcionario de turno “hacerlas brillar” especialmente en ciertas actividades como las comerciales y las culturales.
Hoy hacen presencia en el departamento una delegación de países de la unión Europea para conocer más de cerca las posibilidades del Huila en la exportación de su café, cacao, oro, frutales entre las más notorias potencialidades de exportación. Escuché que la coordinación de tan importantes visitantes había sido de Lina Ortiz, Directora de la Casa Fiscal del Huila en Bogotá lo cual me produjo satisfacción por cuanto esa clase de iniciativas son las que deben orientarse desde la sede del Huila en Bogotá para integrar a los opitas y a los empresarios con las opciones que el mercado globalizado ofrece y como un refuerzo de las acciones emprendidas por los gremios y representantes de los distintos productores de bienes y servicios que muchas veces carecen de la información necesaria para identificar mercados o nuevas tecnologías que los haga más competitivos. Claro que nuestro propio aparato productivo tiene muchas dificultades para exportar, particularmente en cuanto a volúmen y cumplimiento de las exigencias de calidad en términos de certificaciones para entrar a mercados exigentes como el europeo. Pero todo tiene su comienzo y ya hay experiencias, aunque primarias en cacao y en oro y, por supuesto en café, que indican que sí es posible concretar opciones en dicho mercado y en otros de igual exigencia como el de Corea del Sur cuyo TLC Colombia. Corea es ampliamente favorable en productos agroindustriales. Ojalá que este buen ejemplo del gobierno departamental no se quede en una simple visita sino que sea un paso más hacia incrementar las exportaciones del Huila que siguen en cifras pequeñas y distantes de los otros departamentos exportadores. ¡Sigamos intentándolo!