La Nación
‘Villa Magdalena asimila pero no olvida’ 1 19 septiembre, 2024
JUDICIAL

‘Villa Magdalena asimila pero no olvida’

Nueve años después del atentado que partió su historia en dos, los habitantes del barrio Villa Magdalena siguen reconstruyendo sus vidas. Aunque son pocos los que presenciaron el atentado y aún residen en sus viviendas, dicen que los recuerdos los llevan en el alma. Nueve años después del atentado que partió su historia en dos, los habitantes del barrio Villa Magdalena siguen reconstruyendo sus vidas. Aunque son pocos los que presenciaron el atentado y aún residen en sus viviendas, dicen que los recuerdos los llevan en el alma. LA NACIÓN, NEIVA Tan solo siete de las 28 familias que vivieron el drama de la bomba accionada en el barrio Villa Magdalena de Neiva, el 14 de febrero de 2003, continúan en sus viviendas. Hoy esperan el fallo de una demanda por daños y perjuicios contra el Estado, aunque afirman que los recuerdos imborrables se llevan en el alma. ATENTADO 3Hoy hace nueve años todos era confusión, drama y dolor en el barrio Villa Magdalena de la ciudad, la vivienda ubicada en la calle 65 No. 3-45 explotó con 200 kilos de nitrato de amonio multiplicado en R.D.X, cuando un escuadrón de la Sijin ingresaba a hacer un allanamiento junto a la Fiscal Cuarta Especializada, Cecilia Giraldo. Lo que se fraguó, según fuentes policiales como un fallido atentado contra el entonces presidente Álvaro Uribe, quien llegaría en un vuelo al aeropuerto Benito Salas de la ciudad, dejó 18 muertos y 45 heridos. Año tras año las víctimas viven en silencio esta fecha. Aunque algunas fuerzas vivas recuerdan lo sucedido y eventualmente hacen actos en memoria a los fallecidos, los sobrevivientes de la tragedia aseguran que el dolor va por dentro. A los familiares de las víctimas y a los más de 300 habitantes que perdieron sus casas el Estado les pagó una indemnización, a cada uno, de siete millones 300.000 pesos, aunque afirman que la suma no compensa todos los daños materiales, ni mucho menos los psicológicos. ‘Nunca seremos los mismos’ Para la señora Doris Velandia, afectada y aún residente en el sector, la fecha es motivo para recordar lo sucedido, aunque ella preferiría dejarlo en el fondo de su corazón. villabomba“Es algo con los años hemos logrado olvidar, aunque siempre que se acerca la fecha y cuando tocan el tema en la televisión o la radio, no puedo evitar recordar todas esas imágenes y las sensaciones vividas ese día”, relató. Aún con sus imágenes resguardadas, la mujer recuerda vagamente que el día de la tragedia preparaba el desayuno para sus hijos que salían para el colegio. “Estaba en la cocina y sentimos el estruendo…segundos después estábamos muy confundidos, como pude busqué a mis hijos, gracias a Dios estábamos bien, un poco heridos pero bien. Tratamos de salir y la puerta no abría, la onda explosiva la había retorcido toda”, dijo Velandia. Luego de forcejear la estructura metálica, Doris y sus hijos lograron salir, aunque hoy confiesa que hubiera preferido no haberlo hecho. “Era impresionante, todo estaba negro, había polvo y escombros por todos lados. Nos encontramos con los vecinos y nos preguntábamos pero nadie sabía que había pasado…fue horrible. Avanzamos unos pasos más y empezamos a ver los cuerpos tirados en el suelo, no fui capaz de verlos, me devolví”. De lo poco que quiso ver, Doris recuerda claramente la imagen de uno de los policías heridos y un menor de edad ensangrentado. “En ese momento no sabía quién era el niño, lo miraba y lo miraba y no daba con quien era… luego me di cuenta que era el hijo de mi vecina, ella y sus otras dos hijas fallecieron ese mismo día”, sostuvo la mujer. Doris guarda silencio, mira su casa y dice sabiamente, “aunque hemos logrado reconstruir todo y conseguir una a una las cositas que se nos perdieron, el barrio y nosotros nunca seremos los mismos”. villaDe las personas que vivían en la ‘casa bomba’, Doris asegura no haber cruzado palabra con ellas, dos mujeres a quienes describe como calladas y poco sociables. “Eran una muchacha y una señora ya mayor, creo que la mamá, pero poco salían o hablaban y cuando pasaban por la calle, la más joven agachaba la mirada, casi no se dejaba ver la cara. A la señora si casi nunca la vi, se la pasaba encerrada”. A pesar de que vivieron en la residencia aproximadamente un año y medio, nunca nadie supo de su procedencia o labores. “Dicen que un día antes de lo sucedido desocuparon la casa y se fueron, pero la verdad nadie se dio cuenta”. Por el atentado terrorista varios integrantes de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc han sido condenados a penas que oscilan entre los 29 y 35 años de prisión. ‘Asimilamos pero no olvidamos’ Para el señor Milciades Lizcano Rojas, quien aún reside en el barrio, los recuerdos se llevan en el fondo de sus memorias, así se cambie de ciudad o país, asegura que lleva consigo las imágenes de aquel fatídico día. “Tratamos de olvidarlo porque Dios no dio la oportunidad de seguir viviendo y hay que seguir adelante. Tenemos que salir adelante y darle vida a la cuadra, eso es lo que hemos hecho hasta el día de hoy, nueve años después es lo que seguimos haciendo…”, comentó. Lizcano Rojas no profundiza mucho en su memoria para aflorar todos los recuerdos, “es mejor no recordar eso, ya que logramos asimilarlo, igual es algo que no se olvida, fue una tragedia, algo muy feo, difícil, pero ya lo hemos asimilado más, cada vez que lo recordamos lo asimilamos más y en eso estamos”. El hombre prefiere recordar con afecto al saliente Obispo de Neiva Ramón Darío Molina, quien cada año los acompañaba para la fecha oficiando una misa en el barrio en memoria a los fallecidos. “De resto nadie más se acuerda de nosotros. Nadie, el colombiano tiene un problema, nosotros prendemos el televisor y nos asombramos, lo apagamos y se acabó el dolor. Esas víctimas del secuestro, de atentados terroristas viven su propio drama solitos y nosotros aquí con nuestras familias porque Neiva, el Huila y Colombia, ya se olvidó de lo que pasó aquí. Eso es historia”. Aunque Lizcano afirma que duerme tranquilo, confiesa que la posición del barrio y su cercanía con el aeropuerto los pone en riesgo constante. “Seguimos propensos a otro atentado. Ahora están llegando aviones más grandes”, puntualizó. La demanda Familiares de las víctimas y afectados interpusieron una demanda contra el Estado luego del atentado. “Estamos pidiendo reparación de muebles y enceres y las personas que perdieron sus familiares están reclamando por ellos”, dijo Lizcano. Argumentan que la tragedia se debió a un error de procedimiento del Estado y exigen, en un proceso administrativo en curso, la suma de 12.600 millones de pesos como reparación. Para uno delos abogados que lleva el caso, en el proceso penal quedó claro que la bomba se activó de forma abrupta, cuando varios patrulleros de la Policía ingresaron a la casa por el techo, para hacer el allanamiento. Según el profesional, no despejaron el área, no hubo evacuación y no enviaron personal calificado de antiexplosivos. En síntesis, el argumento es que la tragedia pudo evitarse de haber seguido los protocolos adecuados y dado prioridad a los civiles. En primera instancia la acción legal fue fallada a favor de las víctimas, pero fue apelada por la Fiscalía. “Para segunda instancia se están acomodando todas las demandas en una sola porque habían muchas en muchos juzgados. Esperamos que salga la segunda sentencia porque la primera salió a favor de nosotros como por 1.300 millones de pesos para todas las víctimas”.