La Nación
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Violencia de Estado. Por Jorge Luís Salcedo Restrepo

Ventana médica Leyendo sobre las protestas de los habitantes de Neiva, los comerciantes y muchos otros a los cuales su  impuesto predial les ha subido hasta más del 1.000%, no me queda más que unirme a esa voz de protesta. El IGAC (Instituto Geográfico Agustín Codazzi) es quien al final tiene la culpa de todo este despelote, patrocinado en parte por las alcaldías. No  sé quién es el que ordena a los funcionarios subir automáticamente y sin consultar sobre el terreno, si un predio sube, baja, se desvaloriza o fluctúa en su valor. Cualquier persona puede tener un lote o vivienda en cualquier sitio de Colombia, que con mucho  esfuerzo y amor le metió todo el fruto y sacrificio de su trabajo. Pero ninguna persona es culpable de si el vecino monta un centro comercial supercotizado o un edificio para estrato 6, afectando a la persona que a duras penas es de estrato 2-3-4 o 5 e incluso estrato 1. Quienes dan las licencias de construcción son las alcaldías. Pero hay muchos avivatos que utilizan dichas licencias para construir otras casas más costosas  que le suben  a uno el valor de su predio. Quién tiene la culpa de que al lado de su casa, o en su área de afectación le construyan un motel, un prostíbulo o una discoteca ruidosa que haga que cualquier persona que quiera negociar el predio de uno, de entrada le conteste: ¿ Usted cree que yo me voy a venir a vivir  aquí, o me voy a ganar  un problema con esos vecinos poco deseables? Por consiguiente, el bien que uno posee baja de valor, pero para el IGAC no;  por el contrario debe subir a como de lugar. Para darles unos ejemplos: – Rivera es un pueblo en donde las discotecas y negocios que están ocupando el espacio público, expendiendo todo tipo de licores y drogas además de producir un infernal ruido hacen que todas las viviendas de su entorno se hallan desvalorizado para sus dueños; pero no así, para efectos de impuesto predial. Otro ejemplo: Yaguará es un Municipio que es catalogado por el IGAC   como si fuera todo arrocero; sin embargo, para ese instituto la tierra arrocera vale lo mismo sin importar si es una área de reserva forestal, charrasqueros, pastos comunes, tierra no explotable, o  como también,  el área destinada para cuidar nacimientos de agua. Por eso el  propietario de  una finca NO arrocera, se ve obligado a pagar sumas cuantiosas de impuesto predial, y la leche que vende de su poco ganado,  no alcanza para pagar al mayordomo y mucho menos los impuestos. Esto obliga a un autodesplazamiento forzado. Aruz1950@yahoo.com