En una audaz pero riesgosa iniciativa para cautivar a los sectores más vulnerables, el presidente Juan Manuel Santos lanzó sorpresivamente su nueva política de vivienda popular. En una audaz pero riesgosa iniciativa para cautivar a los sectores más vulnerables, el presidente Juan Manuel Santos lanzó sorpresivamente su nueva política de vivienda popular. De un lado, tomando la decisión de construir 100 mil viviendas de interés social con cero costos para los beneficiarios, y del otro moviendo a su principal Ministro de la cartera política hacia la de Vivienda justamente con el propósito de que sea Germán Vargas Lleras el que lidere semejante megaproyecto. El mismo Santos ha afirmado que se trata de una política muy revolucionaria para dirigirla a los más pobres de los pobres. Pero además de una réplica de modelos que han sido exitosos en países como Brasil, Chile y México. De la época del presidente Belisario Betancur anunciando casas sin cuota inicial, cuyo resultado terminó siendo menor a las expectativas, a la de los recientes mandatarios que impulsaron masivos planes con subsidios que, lastimosamente en muchos casos, terminaron alimentando el clientelismo. Ahora viene esta notable jugada de vivienda gratis, sin necesidad de que los beneficiarios aporten dinero (aunque bien debería esperarse que pusieran por lo menos mano de obra), que para algunos analistas es el único programa que podría asegurarle al Presidente esa base social que hoy no tiene. Y, para empezar, se requiere de una ley que la regule, entre otros aspectos el uso de los terrenos. No es un proyecto fácil, no se trata de una tarea sencilla puesto que, en primer lugar, se comprometerán recursos por billones de pesos, se tendrán que buscar terrenos adecuados, provisión de servicios y el complejo proceso de escoger a los favorecidos. El solo hecho de tener una vivienda, automáticamente pone a una familia en una posición muy cercana a poder ser excluidos de la pobreza extrema. El Jefe de Estado cree que si estamos creciendo en la forma como estamos creciendo, si estamos generando esa prosperidad, si estamos viendo la inversión extranjera como nunca antes, entonces eso se tiene que traducir en algo concreto para los más pobres de los pobres. De todas maneras las 100 mil viviendas apenas representan una parte del déficit habitacional que tiene el país, pero su impacto al desarrollarse de manera coordinada, mediante un plan dirigido, será enorme tanto en lo social, económico y de crecimiento del mismo país. ¿De dónde saldrá la plata? El Gobierno se ha apresurado a advertir que hay en marcha una política económica responsable que garantiza los recursos. Una verdadera apuesta revolucionaria que sólo esperamos que salga bien. “No es un proyecto fácil, no se trata de una tarea sencilla puesto que, en primer lugar, se comprometerán recursos por billones de pesos, se tendrán que buscar terrenos adecuados, provisión de servicios y el complejo proceso de escoger a los favorecidos”. Editorialito La restricción para el transporte de parrilleros en moto quedó en veremos. El gobierno local decidió aplazar la medida que regiría a partir de la próxima semana. Pero se reversó por imposibilidad de hacerla cumplir. Aunque puede ser lógica, demuestra cierta improvisación a la hora de ejecutar las medidas.