¿Y de la guayaba que?. por Jorge Luis Salcedo

Si bien es cierto la Sociedad Colombiana de Cirujanos Plásticos, se ha pronunciado con respecto a las prótesis (PIP) para implante en glándulas mamarias; yo estoy en total desacuerdo JORGE LUIS SALCEDO R. M.D. Si bien es cierto  la Sociedad Colombiana de Cirujanos Plásticos, se ha pronunciado con respecto a las prótesis (PIP) para implante en glándulas mamarias; yo estoy en total desacuerdo, pues no podemos esperar hasta 6 meses o mas para retirar las prótesis y que las  pacientes se hagan cargo de un nuevo implante de buena calidad, al igual que no se puede dejar a la paciente sin prótesis porque no se les pagan honorarios. No soy cirujano plástico, ni me mueve ningún interés económico, solo me interesa la parte ética del manejo. Si yo como médico hago un procedimiento plástico, me estoy haciendo responsable, de entrada, no sólo del éxito estético, el procedimiento, su post-operatorio y la fase cicatrizal que debe quedar lo más invisible posible; también debo hacerme responsable por el material que estoy usando. Siempre, he defendido a los cirujanos plásticos incluso cuando han pasado por los peores momentos. Es obvio para la ciencia médica que  las sociedades médicas  mundiales y la sociedad nacional de cirujanos plásticos deben saber o están obligados a someter a todo tipo de pruebas los materiales que usan. Y, deben los mismos, tener las aprobaciones de la FDA y  la Federación Médica Europea de dichos materiales antes de implantarlos. Si al fabricante se le dió  por cambiar el tipo de silicona para material de implante, y usar una de tipo industrial, yo no concibo que a ninguna asociación se le pueda pasar esto por alto. En Colombia no toda la culpa es de  los cirujanos plásticos. En mi concepto, debe ser compartida  la responsabilidad con el Invima, Instituto  éste, lleno de burócratas y mandos medios que se creen dueños de la verdad absoluta y con el Ministerio de Salud. El Invima no hace mas, que dar licencias a diestra y siniestra de alimentos, medicamentos, materiales médicos y otros sin tener laboratorios de prueba adecuada. Un paciente me decía, que un día obtuvo una licencia para una planta procesadora de concentrado de frutas, por parte  del  Invima. Sólo tuvo que llenar unos papeles y sin ninguna visita por parte del Instituto,  había comenzado a trabajar. El Invima no hace pruebas de bioequivalencia  ni biodisponibilidad en sus instalaciones. Sin embargo otorga licencias a productos genéricos que no tienen sino talco, cemento, maíz, soya o cualquier polvo al que se le pone una etiqueta y empaque.  ¿Pero y el paciente qué?, ¿que se lo coma el tigre? La Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica debería ordenar a sus médicos a cambiar el implante sin ningún costo y asumir eso como una mínima responsabilidad compartida por el Ministerio de Salud y el Invima. Aruz1950@yahoo.com.co

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