La Nación
Y no pasó nada 1 22 septiembre, 2024
COLUMNISTAS

Y no pasó nada

Más de un mes ha transcurrido desde las elecciones en Venezuela, esas que perdió Maduro, según lo indican todos los hechos que han ocurrido, ratificando que se trata de un golpe más a una democracia fallida y herida de muerte que vive el pueblo venezolano desde hace ya varios años.

Pero ¿por qué nos debe importar a los colombianos lo que sucede en el vecino país? Porque Venezuela es un país hermano, nuestro vecino, con el que compartimos una extensa frontera. Ya de por sí esta es una condición que nos obliga a luchar de manera mancomunada contra fenómenos como el narcotráfico, la delincuencia transnacional, el tráfico de personas y los temas ambientales.

El segundo aspecto importante entre los dos países es el económico. Históricamente Venezuela ha sido uno de nuestros principales socios económicos, mercado de diversas exportaciones y potencia de nuevos proyectos que fortalecerían aún más nuestra economía y la de ellos. Esto especialmente pensando en los mercados de Estados Unidos y Europa, en donde una verdadera integración económica entre los dos países podría significar un mayor crecimiento en la región.

El tercer aspecto y que ha significado un gran reto para nuestro país, es el tema de la migración de cerca de dos millones de venezolanos a Colombia. Ningún otro país ha recibido un número tan alto de migrantes en tan corto tiempo como nosotros en la actualidad, lo que ha implicado una gran carga adicional en temas de salud, educación, empleo y seguridad, que Colombia ha tenido que enfrentar solo y sin mucho ruido internacional.

La mayoría de estos migrantes son jóvenes que no encontraron posibilidades de un proyecto de vida en su país y salieron a aventurar por una mejor suerte. Un verdadero potencial de desarrollo para nuestro país, entendiendo que la mayor parte de ellos hoy en día trabajan y son personas que contribuyen con su esfuerzo al desarrollo de Colombia.

Por estas y otras razones es importante lo que sucede en Venezuela. No simplemente se trata de inmiscuirse en temas que deben preocupar solo a quien los sufre. Es como si viviéramos en un mismo edificio, en donde es necesaria cierta armonía con el vecino de al lado para poder vivir con tranquilidad. En nuestro caso, para enfrentar los retos del mundo actual y no para vivir de pelea y eterna desconfianza como sucede hoy en día por la desafortunada situación que vive Venezuela, en donde se ha desmoronado su democracia.

Esperamos se encuentre una salida a esta difícil situación, que vaya más allá de los discursos y promesas de un gobierno populista y dictatorial, evitando la violencia como algunos pretenden insinuar. Lo peor que nos pudiera pasar sería una guerra entre hermanos que tienen una misma historia, una misma lengua y casi que una misma cultura. Se necesita eso sí la voluntad de Maduro, porque lo que sí está claro, es que él se irá por su propia voluntad, en el momento y bajo las condiciones que él mismo decida.