Álvaro Rojas Charry es el notario 37 del Círculo de Bogotá. Durante más de 13 años fue el presidente de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano, cargo que entregó el pasado viernes. Es un destacado trabajador y académico opita que por su inspiradora labor, hoy recibirá la condecoración La Vorágine de LA NACIÓN.
Durante 13 años y hasta el viernes pasado, Álvaro Rojas Charry fue el presidente de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano. El abogado huilense recibirá hoy la condecoración La Vorágine del Diario LA NACIÓN, como reconocimiento a su trayectoria profesional y en el marco del aniversario 27 de esta casa editorial.
Rojas Charry nació en Neiva y buena parte de su niñez también la vivió en Gigante, tierra natal de abuelos y primos. Radicado hace años en Bogotá y doctor en Derecho y Ciencias Sociales, es además padre de un médico y un abogado, quienes lo acompañarán hoy en Neiva, al igual que su esposa, Rosa Esperanza Peña de Rojas.
Viene de una familia “sin mayor pedigrí”, es el menor de seis hermanos y desde muy pequeño quedó huérfano, pero creció dentro de un cálido hogar donde su madre logró dar educación a todos. Sus años de escuela los cumplió en el sector oficial.
Se graduó de bachiller técnico del Instituto Técnico Superior de Neiva en 1.974, y en el año siguiente de bachiller clásico del Colegio Aurelio Tobón de la Universidad Libre, en Bogotá.
En un comienzo quería estudiar medicina y de hecho se presentó a dos universidades, la Universidad de Caldas y en la de Popayán. Pasó en ambas. Por puntaje como mejor estudiante bachiller la Universidad Libre le otorgó una beca, sin embargo, la Alma Máter no brindaba la carrera de medicina, así que en vista de las circunstancias optó finalmente por estudiar derecho.
La carrera fue en modalidad nocturna, lo que le dio la oportunidad de trabajar en el Banco Popular, allí fue su primer empleo formal siendo tramitador. Posteriormente en una empresa alemana, y de ahí saltó a la Oficina de Registro y Superintendencia de Notariado.
“En ese momento nombraron al doctor Fabio Arce Luna superintendente Notariado, me ayudó mucho y le debo bastante, como también a Arismendi Mora, que también fue un gran amigo, al igual que Rodrigo Lara Bonilla y Guillermo Plazas Alcid”, destacó.
Estando en su grado, el presidente de la Corporación Universidad Libre le dijo en público que si quería ser docente. El grado fue en noviembre y en febrero ya estaba incursionando como profesor de dicha Alma Máter, donde estuvo durante 25 años.
Nunca ha dejado de lado su preparación profesional y la academia, y se ha preocupado y llevado a cabo un arduo trabajo en el sector.
Posteriormente, en 1986, se inscribió para el concurso público de notariado, donde logró figurar en primer lugar en todo el país: desde ese momento es notario. Fue nombrado en propiedad como el Notario 37 del Círculo de Bogotá.
Entre sus grandes logros también destaca que fundó el colegio Colombo Inglés del Huila.
En su larga dedicación y profesionalismo, fue nombrado presidente de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano, no una sino seis veces; legislaturas 2008-2011; 2011-2013; 2013-2015; 2015-2017; 2017-2019; 2019-2021.
El viernes, cuando dialogaba con LA NACIÓN, estaba precisamente cediendo el cargo luego de 13 años. “Hoy estoy entregando la presidencia, ya cumplí mi ciclo”, dijo.
Doctor, ¿cuando era niño, se veía como notario durante tanto tiempo?
La verdad yo quería ser médico, pero esa frustración se superó de la mejor manera porque uno de mis hijos lo es. Cuando inicié la carrera de derecho me gustó el discurso filosófico, las leyes, y dije este es mi destino. Ejercí mucho tiempo como abogado y me fue muy bien, y me siento realizado. Yo defino que esta es la profesión más linda del mundo, es un campo muy amplio para actuar y participar.
De niño tal vez escuchaba que el doctor y que el abogado, pero yo no definía quién era el doctor, técnicamente al médico se le dice así, el abogado debe capacitarse más. Yo al final resulté siendo doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Me siento muy realizado.
¿Qué es lo que más rescata de sus 13 años al frente de la Unión Colegiada?
Lo primero fue unir el notariado. Cuando yo lo recibí había asociaciones enfrentadas, logré la unidad.
También destacar, y no solamente para el notariado sino para el país, haber introducido la verificación biométrica para el sistema notarial. Eso generó una gran confianza, pusimos en cintura a los delincuentes que suplantaban personas, robaban…; la verificación biométrica fue una locura mía que en su momento decían ‘no, eso no puede ser’, pero hoy es un proyecto muy exitoso.
Así mismo, pude materializar un sistema de seguridad de papelería especial.
Y que más de 60 trámites, que antes se hacían ante los jueces, como el cambio de nombre y matrimonio igualitario, ahora se hagan ante el notario. En ese propósito tuvo que ver mucho el entonces Ministro Guillermo Plazas Alcid.
Precisamente, ¿qué significó la pandemia en el marco de la modernización del notariado?
La pandemia de COVID-19 trajo cosas buenas y malas. Las negativas, lamentablemente la muerte de tanto amigo, colega, conocidos, compañeros; y también un retroceso en la economía. Y en cuanto a lo positivo, se aceleró el desarrollo tecnológico. En nuestro caso, el servicio fue declarado esencial y nunca cerramos puertas.
Deja el cargo tras 13 años, ahora ¿Qué hará?
Yo regreso a mi notaría 37 y retorno a la cátedra. Me han pedido que sea decano, pero creo que me tomaré un descanso en eso. Seguiré pendiente en el desarrollo de la modernización del notariado.
Háblenos de su familia, ¿es casado?
Risas. Yo me gradué de 21 años de edad y a los tres meses ya me estaba casando, Rosa Esperanza Peña de Rojas es bacterióloga, llevamos casi 45 años. Mi hijo mayor se llama Álvaro y es médico, y el menor, Diego, es abogado; ambos tienen especializaciones y más que hijos, son mis amigos.
Fue padre a muy temprana edad, lo estrenaron…
Risas. Sí, Sí, yo me gradué muy joven y fui padre, pero es rico porque los he disfrutado. Y ya tengo un nieto, él estudia medicina en simultánea con música en la Universidad Nacional.
Más adelante, ¿se retirará?
Pienso que no sería capaz de descansar, tal vez tomarme unos periodos de ‘relax’, pero soy súper activo, yo descanso más trabajando que cuando no lo hago. Después repasaré mis obras, y siempre estaré vigente en el medio jurídico.
¿Cómo recibe la condecoración La Vorágine?
Me sorprendió de forma muy agradable la notificación de que me daban la condecoración La Vorágine. Me sentí muy emocionado. A mí me han hecho algunos reconocimientos a nivel nacional e internacional, congresos de otros países, pero esta condecoración que me ofrece el Diario LA NACIÓN la llevaré en lo más profundo de mi sentimiento; y le cuento que mi familia llega esta noche (viernes) a acompañarme, es un núcleo muy especial.
Yo soy un opita feliz que ha luchado a pulso y ha podido recorrer un camino de mucha satisfacción y momentos de felicidad. No es fácil llegar uno de provincia a Bogotá.
Algunos méritos
Fue representante de Colombia ante la Unión Internacional del Notariado. Y fundador de las Cátedras de Derecho Notarial, Registral y Práctica Notarial en Consultorio Jurídico – Universidad Antonio Nariño.
Recibió la distinción al Mérito. Chambre de Commerce & D’industrie de Grenoble, Francia. 2013. Primera distinción otorgada a un extranjero; la Orden al Mérito Notarial “Napoleón Bonaparte”. Conseil Superieur du Notarial. Paris, Francia. 2013.