Al conocer la intachable hoja de vida de la abogada huilense Amira Pérez Trujillo, el Diario LA NACIÓN, se interesó por sus logros y destacadas actuaciones en cada cargo que ocupó a lo largo de su carrera profesional; por este motivo abordamos a la abogada en un diálogo.
Con una amplia trayectoria laboral, la abogada Amira Pérez Trujillo, es un ejemplo de lucha, profesionalismo y dedicación para las actuales generaciones. Aunque su trabajo no ha sido debidamente reconocido en el Huila, de donde es oriunda; en otros departamentos han destacado su loable labor con múltiples distinciones. El Diario LA NACIÓN dialogó con la abogada para dar a conocer sus experiencias y anécdotas a todos los huilenses.
¿Quién es Amira Pérez Trujillo?
Gracias al Periódico LA NACIÓN por tenerme en cuenta en el ocaso de mi vida y poderle contar a todos mis paisanos los logros que tuve desde muy joven en el campo laboral. Nací en Palermo, un 10 de febrero, me crie al lado de mi abuelo Fernando Pérez, dueño de la finca La Palmera. Estuve en este municipio hasta que cursé tercero de primaria en la Escuela Central. Terminé la primera en Neiva en la Escuela Complementaria del departamento. Salí de allí y me fui a estudiar en la Normal Superior de Ibagué, donde cursé los seis años y me gradué de institutora.
Se fue para Bogotá a cumplir el sueño de estudiar una carrera profesional. Se graduó de la Universidad Pedagógica del programa de Psicología y ciencias de la educación y supervisión escolar. ¿Cómo fue la etapa de la docencia?
Estuve como maestra y directora de escuela pública. En el Departamento de Protección Social, fui la directorafundadora de La escuela hogar para niños inadaptados, la Policía Nacional me entregó 30 niños y devolví 120, teniendo como base la disciplina de confianza, lo que me llena de satisfacción porque los cobijé con el cariño que les faltó en el hogar y por eso deambulaban en las calles. Estuve vinculada a la Universidad Pedagógica siendo la directora de prácticas del curso intensivo para bachilleres. De allí pasé, con el Ministerio de Educación, a trabajar como directora de la Anexa Normal de Cali, teniendo tan solo 20 años. Años después me nombraron directora de la Normal de Anserma, Caldas. Como premio a ese trabajo, pasé a ser directora de la Normal Superior de Ibagué, de donde había sido egresada. Aquí en el Huila, luego de una licenciatura que realicé en Bogotá, en la Biblioteca Departamental, siendo Rosita Díaz de Fonseca la secretaria de Educación, me invitó a un seminario para directores y supervisores del departamento, y me siento muy satisfecha porque colaboré en la actualización pedagógica de los maestros de mi región.
Vemos en la hoja de vida un amplio y muy exitoso recorrido desde la profesión de abogada. ¿Cómo llegó a estudiar derecho y cómo ha sido la trayectoria laboral?
Estudié derecho en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, llegué a Neiva a litigar en todos los campos, en esa época no había especialización. Sin embargo; me fui perfilando en el área penal por naturaleza. Fui la primera abogada que se le enfrentó a la audiencia pública con jurado con mucho éxito.
En cuanto a cargos ha sido muy poco los que he tenido en el Huila, pero lo poco que me dieron los hice con mucha facilidad; me nombraron asesora de la Contraloría, asesora del gerente de la Licorera, Alfonso Castro López, y estuve como jefe de personal de Coomotor, era la primera vez que una mujer ocupaba este cargo. Estuve haciendo reemplazos como fiscal y como juez en Garzón, y Juez Promiscuo de Tesalia. Fui la primera personera delegada para los DDHH en Neiva, trabajé con la cárcel de mujeres, donde organicé una sala de recibo para que pudieran tener dignamente las visitas conyugales. Nombraba alférez a las distintas empresas para que en mayo y en diciembre se hicieran cargo de la parte social de las actividades en la cárcel de mujeres, ancianatos y en el Centro de retención de menores.
En el Huila no me respaldaron para ocupar los cargos que merezco de acuerdo a mi experiencia y a mi responsabilidad; por este motivo, me desplacé hasta el Caquetá, donde hice algunos reemplazos en varios municipios. Luego fui nombrada por la Procuraduría como Procuradora Judicial Penal Grado I para la Justicia Penal del Caquetá, y estuve actuando ante la Policía, el Ejército y la Fuerza Aérea. Yo me internaba en los distintos Batallones a hacer consejos de guerra, en tal forma que puse la Justicia Penal al día, en el año 1995.
Había casos muy graves, donde descubrí que había un policía preso durante ocho años en la Cárcel La Modelo, únicamente por persecución de sus compañeros; después de estudiar todas las pruebas, declaré que era inocente en audiencia pública, el Tribunal Militar confirmó laprovidencia de absolución. Tengo varios casos de éxito para nombrarle, pero no acabaríamos hoy.
Luego me ascendieron a Procuradora Judicial Penal Grado IIen Puerto Carreño, municipio del departamento de Vichada. Estuve allá tres años, trabajé con mucho éxito, con reconocimientos que me otorgaron.
Fuera de mis actuaciones como Procuradora, organicé un Congreso Internacional de Derechos Humanos, en Puerto Carreño, invité al Procurador General Jaime Bernal Cuéllar, y fue realizado con mucho éxito. En todos mis cargos he procurado hacer cosas nuevas, que no está taxativamente en las obligaciones, sino que me nace hacerlo para cumplir con el deber.
Señora Amira, ¿una anécdota que recuerde y haya impactado en su vida profesional?
En Puerto Carreño hubo un enfrentamiento entre el ejército y la guerrilla, donde murieron unos comerciantes. El procurador me delegó para que fuera a acompañar al Fiscal, en un momento íbamos entrando a un pueblo y se apareció el Negro Acacio, me asusté mucho, pero al hablar con él me decía “doctora no pase allí, está mi gente y no respondo lo que le pueda pasar, y a usted no queremos hacerle daño porque es la única persona que está trabajando bien por aquí”, y me perdonó la vida.
En otros departamentos reconocieron la loable labor que realizó, ¿Qué distinciones le fueron otorgadas?
En realizada tanto en el Caquetá como en Vichada recibí muchas recompensas. En cuanto a la parte judicial, el Consejo Superior de la Judicatura me otorgó en 1996 una placa “En reconocimiento a su labor”; el Concejo Municipal de Puerto Carreño, Medalla de oro “Orden al mérito ciudad Puerto Carreño en el año 2000; “Escudo insignia del departamento del Vichada” por parte de la Gobernación en mayo del 2000; “Distintivo honor al mérito Sol naciente de Colombia” del Comando del Departamento de Policía de Vichada; en el día de la mujer recibí “Botón slogan del Gobierno de Vichada” con ocasión del Día de la Mujer en el despacho del Gobernador de Vichada; un pergamino “Reconocimiento por colaboración prestada a la entidad”, del Comando Específico del Oriente; de la misma entidad me fue otorgado “Moneda del Comando Especifico de Oriente” en 1999; por parte del Ejército Nacional XII Brigada, una placa en bronce “Sincero agradecimiento”; una placa en madera “Orgullo y valor de la frontera” por parte del Batallón Fluvial I.M. 70. Igualmente, un escudo del departamento en bronce sobre madera “Por servicios a la comunidad” de la Gobernación de Vichada; y un escudo de la Policía Nacional en cuero sobre madera por Colaboración prestada del Departamento de Policía de Vichada.
Muchas gracias por dejarnos entrar a su casa, y permitirnos contar su historia a todos los huilenses. Este es un reconocimiento de parte del Diario LA NACIÓN, por dejar el nombre del departamento en los más alto a nivel nacional.
Mi lucha sigue, a pesar de mi edad no dejo de trabajar y pensar en realizar actividades en beneficio de los huilenses. Próximamente, abriré mi galería de arte, un espacio para los adultos mayores que quieran participar de encuentros y distraerse durante el día de una manera agradable. Estará ubicada en la Cra 5 No. 9 – 53. Local 104 – Edificio San Jorge.
Una historia digna de contar. Celebramos su vida, su trayectoria y su profesionalismo.