LA NACIÓN conoció que el Ministerio de Comercio aceptó la solicitud de renuncia al régimen Franco, elevada desde la Zona Franca Surcolombiana ubicada en Huila. El proyecto arrojó un resultado adverso, pérdidas y nunca cumplió su objetivo principal que es la exportación. ¿Por qué en otros departamentos sí funcionó?
Es un hecho que la Zona Franca Surcolombiana ubicada en el municipio de Palermo, Huila, se acabó tras a casi 14 años de haber entrado en funcionamiento. El área comprendía 51,9 hectáreas, gozaba de beneficios tributarios, pero sus exportaciones permanecieron en ceros, según el Dane.
LA NACIÓN conoció que el 17 de julio del 2024 el Ministerio de Comercio Industria y Turismo mediante la Resolución 0886 aceptó la solicitud de renuncia al régimen; y esa petición fue elevada por parte del usuario operador el tres de abril del presente año.
A diferencia del amplio eco en medios de comunicación regionales que hubo en agosto del 2022 cuando el complejo anunció que radicaría la solicitud, a lo cual pronto desistió y anunció medidas de choque, ahora los hechos han pasado desapercibidos.
Esta área geográfica fue declarada el 23 de diciembre de 2010 como Zona Franca Permanente, comenzó a gozar de incentivos tributarios, pero nunca despegó. No hubo viabilidad financiera, presentó pérdidas acumuladas y no tuvo la vocación exportadora para la que fueron pensados este tipo de complejos.
El pasado 25 de julio el representante legal Alfonso Berrio Herrera notificó formalmente a los usuarios calificados que ya no contarán con los beneficios que ofrece el régimen.
Argumentos de peso
En la Resolución 0886 el Ministerio detalla las razones que entregó el representante legal Alfonso Berrio Herrera para presentar la solicitud de renuncia y donde expresó que es una “decisión muy lamentable por cierto, para los accionistas de la sociedad, de un lado y, para la comunidad de la región, del otro”.
La primera razón es la “falta de viabilidad financiera”. Recalcó que hubo una gran inversión por parte de los accionistas para lograr una excelente infraestructura y que el proyecto fuera competitivo, pero, ha venido operando bajo el apalancamiento de los accionistas mediante préstamos, “porque los ingresos operacionales no han cubierto los costos”. Recalcó que “la evidencia de la falta de viabilidad financiera son las pérdidas acumuladas”.
Fueron más de $138 millones en ingresos operacionales/anual, contra más de $597 millones en gastos de administración/anual.
Explicó que la situación económica y porque la Zona Franca Surcolombiana “no tiene vocación exportadora”, no permiten que se pueda continuar. Además, “la generación de empleo es muy baja y las inversiones de los usuarios calificados son mínimas”.
Incluso se refirió a una “sobre oferta” de zonas francas (ZF) y parques industriales, y argumentó que existe un alto número de metros cuadrados disponibles.
Otra de las razones es los pocos usuarios calificados (9) y falta de operatividad de los mismos. Los usuarios son: Free Zone Service Neiva, Productora de Alimentos Panificados, Quintero Narváez (distribuidora de plásticos), Xindi Colombia (producción de metales), Compañía de Ingenierías Zona Franca, Argesa (importadora de productos), Logistics Swallows Clouds, Fresneva (sector alimenticio), y Novum Vitae.
Adicionalmente, la Zona Franca debía cumplir con unos compromisos, como: invertir más de $50 mil millones y generar 106 empleos directos, lo cual debía ser ejecutado antes de los 10 años de haber logrado la declaratoria. Pero en el 2020, el Ministerio de Comercio les concedió cambiar el monto de inversión y bajar a más de $27 mil millones. Así las cosas, se logró cumplir con ambas obligaciones y ese fue otro de los requisitos que debía llenar para solicitar la renuncia.
“Una pérdida
Para Raúl Andrés Herrera Suaza, gerente comercial de Fresneva, como usuario calificado “es una pérdida muy grande para la región. Es un golpe duro para la empresa que yo represento, porque nos pone a competir en el mercado con grandes superficies como lo son Colombina y Crem Helado”. Entre otras cosas, oferta helados de aguacate, cholupa, chontaduro y vinos de cactus.
Indicó que a través de la ZF podía hacer negociaciones con precios competitivos en el mercado por “la rebaja en los impuestos que teníamos”. Sin embargo, la noticia no fue una sorpresa, desde hace dos años estimaban que este sería el final para el complejo.
Pero le preocupa el desarrollo industrial del Huila porque si bien esta zona se transformará en parque industrial, el reto es apostarle más allá del bodegaje: a la transformación de la materia prima. Recordó que el Huila es pionero es producción de café, pero sigue exportando materia prima.
¿Qué resultó mal?
El economista Germán Palomo recordó que esta Zona Franca (ZF) se creó como un negocio inmobiliario “de sus socios y no como una herramienta de promoción de exportaciones o importaciones de insumos para los productos exportables”.
Expuso que, todos los socios que la crearon están vinculados al mercado inmobiliario. “Por esto no cumplieron sus objetivos, pues, tenían que crear las empresas que sí exportaban. Miremos la composición accionaria para encontrar que su objetivo era bien distante de las otras zonas francas. Miremos quiénes compraron bodegas. ¿Eran exportadores? Caso Proalpan, por ejemplo, ¿Íbamos a exportar pan?”, cuestionó.
En suma, para el economista, definitivamente la ZF “nunca debió verse como un negocio inmobiliario”. Explicó que algunas de las normas que regularon las zonas francas facilitaba incorporar algunas actividades sin trasladarlas a dichas zonas. Caso piscicultura, por ejemplo. “¿Por qué no se aplicaron a nuestro caso? Porque ese negocio no encuadraba dentro del inmobiliario. Así de sencillo”.
De otra parte, el accionista y empresario Aníbal Rodríguez expuso que “no se encontró eco en los inversionistas” para desarrollar iniciativas bajo el marco regulatorio de ZF. “Los empresarios de la región prefieren la regulación convencional para no quedar sujetos a los controles que implica el régimen franco”, aseveró.
Recordó que fueron más de 10 años de trabajo “con todos los sectores económicos de la región, tanto con los de vocación exportadora como con los que atienden mercado interno”. No obstante: “La experiencia nos indica que el Huila no ha madurado para soportar un proyecto de régimen franco”. Contextualizó que la existencia del régimen implica una serie de regulaciones y controles que ocasionan costos importantes, pero con la cantidad de usuarios que a lo largo del tiempo se calificaron para obtener los beneficios del régimen franco nunca se llegó a punto de equilibrio en el funcionamiento.
Otros ganan
En ese orden de ideas, enunció el empresario que el proyecto se transforma en parque industrial convencional, “con la infraestructura existente, se convierte en el mejor parque industrial del surcolombiano, con la posibilidad de alojar cualquier tipo de iniciativa industrial y/o comercial”.
Las zonas francas son un área geográfica delimitada dentro del territorio nacional donde se desarrollan actividades industriales de bienes y/o de servicios, o actividades comerciales que se rigen por una normatividad especial en materia tributaria, aduanera y de comercio exterior; su tarifa del impuesto sobre la renta no es del 35% sino del 20%. Y gozan de otras exenciones tributarias.
Para el alcalde de Palermo, Kleyver Oviedo Farfán, el régimen franco “nos limitaba de cobrar cierto tipo de impuestos, es decir, al municipio en términos de tributación le es más favorable el parque industrial”. Sin embargo, aseguró que siempre apoyó este proyecto, como los venideros.
Dotar un CAI, estación de Bomberos y constituir medianas empresas, son algunas de las apuestas que el municipio ha proyectado para aportar en el nuevo parque industrial que nazca en esa zona. La competencia se amplía: a la fecha, según el alcalde, en ese municipio hay siete parques industriales; uno de ellos está a pocos metros de donde era la ZF.
¿Qué le falta al Huila?
La presidente ejecutiva de la Cámara de Comercio del Huila, Lina Carrera, contextualizó por qué en otros departamentos sí han funcionado las zonas francas (ZF), pero en el nuestro no.
¿Cuál fue la visión que se tuvo con la Zona Franca, las gestiones para sacarla adelante y por qué se acabó?
En primer lugar, es importante mencionar que el régimen franco es un modelo mundial de desarrollo empresarial, que a través de la delimitación de un área bajo un modelo especial desarrolla valor, Colombia lleva muchos años en esto, de hecho, en los últimos 20 años ha sido una política de país impulsar esta figura, que ha tenido muy buenos resultados principalmente en regiones con puerto.
En el Huila le apostamos y la Cámara aceptó la convocatoria del gobierno nacional, por ser un tema misional, para liderar junto con los accionistas la creación de una Zona Franca; la concepción del proyecto fue el de buscar desarrollar una plataforma de negocios que permitiera atraer la inversión, generar empleo y desarrollo a la región, muy articulada con la visión en su momento del plan de desarrollo Departamental, la agenda interna, luego el plan regional de Competitividad del Huila, que priorizaba unas apuestas productivas como hoja de ruta, pero lamentablemente la distancia de los puertos y la vocación de la región no permitió que evolucionara como hubiésemos querido.
En consecuencia, se construyo el plan maestro de inversión, que contenía las apuestas a desarrollar y el monto de las inversiones tanto del usuario operador como de los calificados, entre otros aspectos importantes. Posteriormente, se construyó un plan estratégico, incluso, fue apoyado por expertos externos que dieran un diagnóstico y aterrizaran un plan de trabajo para sacar adelante el proyecto; se diseñó un modelo financiero a la medida para que entregara información sobre la viabilidad o no de instalarse un empresario en Zona Franca Surcolombiana, así salieron más de 300 propuestas de proyectos (regionales, nacionales e internacionales). La verdad no fue fácil, se quiso apostarle al empresariado de la región, a los emprendimientos con valor agregado, a la internacionalización, pero somos conscientes que el Huila todavía no ha logrado dar ese salto a la industrialización, pese a todos los esfuerzos y apoyos de la institucionalidad, de los gobiernos en su momento y también a algunas iniciativas empresariales.
Lamentablemente, no hemos tenido años fáciles, económica y políticamente hablando, y nuestra capacidad de generación de valor agregado sigue siendo todo un reto. Durante años el usuario operador, compuesto por cuatro accionistas, fueron quienes subsidiaron la operación, pues el número de usuarios calificados no permitía lograr el punto de equilibrio, se hicieron todos los esfuerzos, incluso sufragar créditos que fueron obtenidos para el desarrollo del parque. No obstante, aclaro que Zona Franca continúa, no con régimen franco, sino como parque industrial, y hoy lo vemos como una gran oportunidad, porque como está equipado en su infraestructura física (servicios públicos, vías, ubicación, doble encerramiento, báscula, entre otros) hace que sea uno de los mejores del Huila y del sur del país.
¿Por qué en otros departamentos sí funcionó, pero aquí no?
Se ha evidenciado que el modelo del régimen franco funciona perfectamente en departamentos donde hay puertos, toda vez que son la puerta de entrada y salida principal de la mayoría de las mercancías que se transportan a nivel global; así mismo, en ciudades capitales tales como Bogotá, Barranquilla, Cartagena. En ciudades intermedias funcionó principalmente en Santander, por el modelo de negocio de dicha zona franca, cuyo enfoque principalmente está en proyectos de servicios y logísticos (BPO, DATA CENTER, CONTACT CENTER, CENTROS LOGISTICOS); además, la articulación público privada es fundamental para la generación de políticas económicas encaminadas al desarrollo empresarial y la atracción de inversión.
¿Cuántos empresarios están a la fecha asentados en el complejo?
la Zona Franca Surcolombiana actualmente cuenta con nueve (9) Usuarios Calificados, de los cuales cinco (5) han tramitado la pérdida de calificación voluntaria. Actualmente solo 4 usuarios se encuentran operando, 4 operan eventualmente y 1 está en etapa preoperativa.
¿Qué pasará con el proyecto, en qué se transformará?
Reitero, lo que se acabó fue el régimen franco, pero ahora viene el trabajo fuerte para aprovecharlo como parque industrial. Incluso, como Cámara de Comercio estamos formulando junto con los otros accionistas, un proyecto de parque microempresarial, para que sea ese vehículo para desarrollar y potenciar negocios pequeños que generen valor, por supuesto apoyados por los gobiernos y la institucionalidad; lamentablemente el régimen se había vuelto un obstáculo para el desarrollo industrial, culturalmente no fue fácil, ahora tenemos una gran oportunidad, los terrenos allí sin el régimen estamos seguros de que se valoraran enormemente.